En el interior de la iglesia se aprecia el estilo neoclásico, así como la imagen de la Virgen del Socorro en un altar, donada en 1565 según los lugareños, por Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia. Junto a la Virgen del Socorro se encuentra el retablo mayor, de Francisco Eduardo Tres Guerras, y en el presbítero destaca la sillería del coro. En torno a la sacristía se contempla una capilla que le aloja distintas pinturas al fresco en la bóveda sobre la prisión y muerte de Cristo, ademas de retratos al óleo en los muros, realizados por Javier Tapia. Entre los rostros de estos cuadros se distinguen al príncipe purépecha Antonio de Huitziméngari, el fundador del Colegio de Tiripetío, fray Alonso de la Veracruz, el cronista de la orden Basalenque y el maestro de la Universidad Real y Pontificia de México, Fray Juan Bautista de Moya.

Saliendo de la iglesia, a través de la portería, se llega al convento, también del siglo XVI. En el camino que va hasta el convento aparece un hermoso patio con una fuente de brocal barroco y trazo mixtilíneo que fue usada como pila para los bautizos que tenían lugar en la primera catedral. Por último la escalera que conduce a las dependencias de clausura, esta cubierta por una bóveda gótica y ornamentada con pinturas murales.

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